Los termómetros bimetálicos son, con diferencia, los más comunes. Su diseño sencillo facilita su producción en serie y, aunque tienen un precio bajo, siguen siendo bastante precisos. Pero, ¿cómo sabe cuándo debe calibrarlo? ¿O simplemente no es necesario? En este blog le explicamos por qué y cuándo debe calibrar su termómetro bimetálico.
Los termómetros bimetálicos funcionan convirtiendo el aumento o disminución de la temperatura en desplazamiento mecánico a través de una tira bimetálica situada en el interior del vástago del termómetro. La tira bimetálica está formada por dos metales unidos entre sí. Los metales utilizados pueden ser cobre, latón o acero. Como los dos metales se dilatan o contraen de forma diferente cuando la temperatura aumenta o disminuye, la diferencia hace que el indicador se mueva. La diferencia de dilatación también se explica como diferencia de coeficientes de dilatación térmica. El indicador está unido a una esfera en la parte delantera del termómetro, con indicaciones de temperatura a lo largo de la esfera. Cuando el indicador se desplaza por un aumento de temperatura, podemos comprobarlo visualmente inspeccionando la esfera.
La calibración se explica más fácilmente como asegurarse de que un termómetro es preciso. Para ello, se comprueba si el termómetro bimetálico indica lo que debe indicar comparándolo con algo de cuya temperatura se tiene conocimiento. En el caso de los termómetros bimetálicos, puede ajustarlos con la tuerca situada debajo de la esfera. La calibración debe ser importante cuando necesite estar seguro de la medición de su termómetro. Para más preguntas comunes, lea nuestro reciente blog sobre 4 preguntas comunes sobre la calibración de la temperatura.
Los termómetros bimetálicos pueden sufrir una pérdida de precisión por diversas causas. Cuando sospeche que se trata de uno de los siguientes casos, probablemente debería realizar una calibración sencilla para ver qué ocurre:
Las razones son sencillas, así que la cura es igual de sencilla. Hay una forma fácil de calibrar los termómetros bimetálicos, ya que tienen una tuerca en la parte posterior de la esfera que se puede ajustar manualmente. Para calibrarlos, lo primero que hay que hacer es preparar un vaso o un cubo (dependiendo del tamaño del termómetro) y llenarlo completamente de hielo. A continuación, se añade agua fría hasta llenarlo por completo y se deja reposar durante un par de minutos. Cuando hayan pasado unos minutos, puedes introducir el termómetro. Asegúrate de que el vástago del termómetro esté lo más sumergido posible, o el aire circundante influirá en la lectura. Cuando el indicador se asiente, comprueba que debe indicar 0°C. Si no es así, ajusta la tuerca (mientras el termómetro sigue ahí) para que el termómetro indique 0°C. Ahora ya ha terminado. El termómetro debería ser ahora tan preciso como puedas hacerlo sin utilizar un equipo calibrado.
Si existen requisitos estrictos para su termómetro, puede considerar una calibración de temperatura más precisa. Puede obtener más información sobre la calibración de temperatura en nuestro otro artículo sobre los 4 pasos principales para calibrar instrumentos de temperatura.
Ha calibrado el termómetro, pero el tiempo de respuesta es deficiente. ¿Cómo solucionarlo? Consulte el blog de WIKA sobre las diferencias de tiempo de respuesta entre los termómetros accionados por gas y los bimetálicos y compruebe si le conviene cambiar a un termómetro accionado por gas.